A veces es difícil decidir si una persona se hace famosa por algo que hizo o si es su fama la que le da a lo que hace una difusión como si fuera algo extraordinario.
Esta ambigüedad no se aplica a Le Corbusier, arquitecto famoso, especialista en urbanismo, escritor y menos difundido, pero no menos importante: diseñador.
Sus intereses no sólo incluían edificios, sino también diseño de objetos, sillones, sobre todo.
En alguna oportunidad, en conversaciones sobre el tema, alguien sugirió que la estética de una época es la que revela que uno u otro diseño traspase las épocas y se conviertan en símbolo de un estilo.
Es posible que sea así, sin embargo circunscribir a una determinada estética el éxito de un diseño, me parece una reducción.
Por ejemplo, en referencia a uno de los diseños de Le Courbucier, el sillon LC2, que se puede ver en la imagen, uno de los más vendidos en el mundo, es una de sus creaciones más famosas.
Pero no es sólo la estética de alguien famoso lo que acompaña al modelo, es mucho más que eso, es además un concepto y un proceso constructivo, que analizados en detalles lo convierten en un mueble de calidad, con más comodidad y firmeza que las imitaciones, que fueron y son muchas, pero incomparables al original.
¿Qué hace que este sillón tenga características únicas?, para empezar su nacimiento.
Este mueble aparece en el mercado en 1929, como bien se dijo, la época.
Sus características, especiales e innovadoras en su nacimiento es que el soporte del modelo es exterior, por primera vez, el caño en que es sillón apoya sus elementos es externo, para ello, además de ser cromado, la forma de realizar este andamio, no es lo que parece.
Para empezar, el metal de aleación fue una fórmula reforzada, y los codos, no se hicieron al viejo modo de doblar el caño, lo que hubiera dejado la estructura frágil en esos puntos, sino que son caños diseñados curvos de matriz, y trabajados especialmente con calentamiento para acoplarlos perfectamente a las partes rectas, soldadas y luego pulidas, el resultado es una pieza sólida, con el mismo grosos en todas sus partes, continuas, a las que no se les puede encontrar remaches ni junturas. De este modo el muebles es perfectamente seguro y durable.
El hecho de que la estructura es externa, ha dejado los elementos de almohadón libres de soportes o dispositivos internos, lo que da una sensación completa de comodidad y acomodamiento del sillón al cuerpo del usuario.
Cada uno de los almohadones, cuadrados, en respuesta a la propuesta estética, pero amoldable, cuenta con el concepto de espuma inteligente, un material que se acomoda a su contenedor, en el caso del sillón: rectángulos o cuadrados, en el caso del usuario su cuerpo, que hace que cuando no es usado el sillón recupera su fisonomía habitual, pareciendo siempre impecable, sin necesidad de golpearlo como suele pasar con los sillones tradicionales.
La terminación se hace de cuero, un proceso no sólo interesante sino muy cuidadoso. Expertos, analizan milimétricamente, casi microscópicamente el cuerpo a utilizar.
El cuerpo, originalmente en grandes planchar con la forma de la vaca, aplastada, es escrutado por expertos y marcados con diferentes colores allí donde presentan marcas defectuosas.
Una máquina, escanea la superficie del cuerpo, reconoce las marcas y establece un patrón de cortes del cuero, esquivando los defectos, que a su vez optimizará los moldes para el mayor aprovechamiento de la superficie del cuero, aportes de la tecnología que es muy apreciado.
Finalmente, el cuero se cose por operarios u operarias, que aunque es en máquinas, se puede decir que es a mano.
Modelo por modelo, es terminado por personas, vuelto a inspeccionar y embalados para su distribución.
Cada una de las características de este sillón, resuelve asuntos de confort, que lo han hecho un líder de ventas y un diseño imitado, enviado y vendido de todos los tiempos.